Breve biografía de Sócrates
El intelectualismo moral de Sócrates
Zennit y Frank "La verdad" (A Sócrates le gustaría, sin duda)
Jarabe de Palo "Depende" (como los sofistas)
La ética de Aristóteles explicada por Fernando Savater
El hedonismo de Epicuro
Epicuro y la felicidad 1
Epicuro y la felicidad 2
Epicuro y la felicidad 3
El emotivismo moral de David Hume
El utilitarismo de Bentham y John Stuart Mill
La ética de Kant
El imperativo categórico de Kant explicado por Fernando Savater
El existencialismo de Jean Paul Sartre
sábado, 2 de marzo de 2013
sábado, 2 de febrero de 2013
La Reconquista
Al principio de la Edad Media, los reinos cristianos ocupaban un
pequeño territorio del norte de la Península. Con el paso del tiempo, fueron
ampliando y consolidando sus fronteras. Cuando los musulmanes llegaron a la
Península en el año 711, algunos grupos de visigodos se refugiaron las montañas del norte, mezclándose con los
pueblos que allí vivían. Eligieron como jefe a Pelayo, que en el año 722 venció
a los musulmanes en la batalla de Covadonga, impidiendo así la conquista del
norte de la Península e iniciando así la Reconquista cristiana del territorio árabe.
Los sucesores de Don Pelayo crearon el primer reino cristiano: el astur-leonés que posteriormente pasó a llamarse reino de León del que también formaba parte Galicia. Algunos condados del reino de León se independizaron y se creó el Condado de Castilla, origen del reino de Castilla que con el tiempo llevaría el peso de la Reconquista. En los Pirineos existían otros territorios cristianos que también opusieron resistencia a los musulmanes: el reino de Navarra y los condados catalanes, posteriormente integrados en el reino de Aragón.
Más tarde, en 1230 se unieron los reinos de León y de Castilla, formando la corona de Castilla. Precisamente es en el siglo XIII (1236) cuando el rey Fernando III conquista para dicha corona la ciudad de Córdoba. Se fundan muchas iglesias en la ciudad (San Pedro, Santa Marina, San Lorenzo...) llamadas fernandinas.
Los sucesores de Don Pelayo crearon el primer reino cristiano: el astur-leonés que posteriormente pasó a llamarse reino de León del que también formaba parte Galicia. Algunos condados del reino de León se independizaron y se creó el Condado de Castilla, origen del reino de Castilla que con el tiempo llevaría el peso de la Reconquista. En los Pirineos existían otros territorios cristianos que también opusieron resistencia a los musulmanes: el reino de Navarra y los condados catalanes, posteriormente integrados en el reino de Aragón.
A partir del siglo XI,
los reinos cristianos cambiaron sus fronteras y prosiguieron las conquistas de
territorios musulmanes. En 1.212, como consecuencia de la debilidad de
al-Andalus, los cristianos vencieron en la batalla de las Navas de Tolosa y
ampliaron sus territorios hacia el sur de la Península.
En el siglo XIV quedó consumada la Reconquista de la Península,
salvo el reino nazarí de Granada que, con Boabdil el chico como último rey, no caerá hasta 1492 bajo el reinado de los
Reyes Católicos, Fernando de Aragón e Isabel de Castilla quien años antes, en 1479, unieron
ambas coronas.
jueves, 31 de enero de 2013
La España musulmana
En el año 711 los musulmanes llegaron a la Península desde el
norte de África. Apenas encontraron resistencia por parte de la población
hispana, a excepción de los pueblos del norte. Vencieron a los visigodos y en
pocos años dominaron la mayor parte de la Península y las Islas Baleares. Llamaron a este territorio al-Andalus y fijaron su capital en
Córdoba. Al-Andalus se convirtió en una provincia del imperio musulmán, que
estaba gobernado por el Califa de Damasco, en Asia.
Esta etapa dura hasta el año 1.031, cuando al-Andalus se dividió en
pequeños reinos independientes entre sí llamados reinos de taifas. Los reinos
de taifas tenían luchas entre sí. Estas luchas favorecieron el avance de los
reinos cristianos desde el norte de la Península. Para frenar este avance,
nuevos grupos de musulmanes vinieron desde África y reunificaron los reinos de
taifas.
miércoles, 30 de enero de 2013
La España visigoda
En el año 409, los suevos, los vándalos y los alanos llegaron a la
Península atravesando la cordillera de los Pirineos por el paso de
Roncesvalles. Eran pueblos germanos que procedían del norte de Europa y
llevaban muchos años en lucha contra los romanos.
Los romanos no podían contener a estos pueblos, por eso, pidieron
ayuda a los visigodos, otro pueblo germano, y se aliaron con ellos para que
éstos frenar su avance por la Península. De este modo, los visigodos se asentaron
en la Península y expulsaron a los vándalos y alanos.
Así en el año 476, existían dos reinos, que reemplazaron a los romanos: el reino de los visigodos,
que ocupaba la mayor parte del territorio y el reino de los suevos, que se
extendía por el noroeste. Suevos y visigodos compartieron el dominio de la Península
durante unos ochenta años. Después se enfrentaron y los visigodos lograron el
control de casi todo el territorio.
En sus dominios, los visigodos mantuvieron la división romana de
la Península en cinco provincias que fueron llamados ducados. El reino estaba
gobernado por un rey y al frente de cada ducado había un duque. Uno de los
principales reyes visigodos fue Leovigildo. Este rey trasladó la capital a
Toledo y consiguió dominar a los suevos. Otros reyes visigodos importantes
fueron Recaredo, que se convirtió al catolicismo, y Recesvinto, que unificó las
leyes del reino. El reino visigodo existió hasta el año 711, en que Don
Rodrigo, el último rey visigodo fue vencido en la Batalla de Guadalete por el
ejército musulmán que invadió la Península.
La sociedad visigoda estaba formada por nobles y campesinos. Los
nobles tenían el poder político y militar. Además eran los dueños de la mayor
parte de las tierras y poseían muchas riquezas. Los campesinos eran la mayoría
de la población. Dentro de ellos había diferencias: algunos tenían sus propias
tierras, pero muchos trabajaban las tierras de los nobles a cambio de comida y
vivienda.
De los visigodos hemos heredado sus construcciones y sus obras de
orfebrería. Los visigodos construyeron iglesias sencillas, de pequeño tamaño y
realizadas en piedra. Los ejemplos más destacados son las iglesias de San Juan
de baños, en Palencia, y San Pedro de la Nave, en Zamora.
Los visigodos fabricaron también muchas joyas con metales y piedras preciosas.
Los visigodos fabricaron también muchas joyas con metales y piedras preciosas.
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